lunes, 10 de agosto de 2015

Niegan Pensión 65 a los pobres y la dan a los que tienen dinero

Rosa Mori, a paso cansino y con la pobreza posesionada en su rostro ajado por el tiempo, nos hace pasar a la casa que es de propiedad de su hermana a quien le ayuda en la venta de gaseosas, empolvadas por la falta de clientes.
Doña Teresa es muy conocida en el barrio y la gente se apena de la situación de pobreza  y abandono en la que se encuentra, por eso algunos de una u otra manera la ayudan a aliviar la pesada carga que le oprime la vida.
La señora Mary Alicia Uriol Díaz, de 75 años de edad, quien vive con su hermana Flor de María, de 73 años. Ocupan la casa que heredaron de sus padres, ubicada en la calle Miraflores Nro. 454. Doña Mary es discapacitada, está enferma. Ambas son muy pobres y viven, tormentosamente, de la caridad de los vecinos.
  "La promotora Carola Tapia no quiere empadronarnos, a pesar de que su oficina está muy cerca de mi casa”, denunció doña Carmen Mostacero Amaya - a quien la vemos en su humilde casa con su hermana Tula que ha sufrido derrame cerebral y se apoya con un bastón para poder caminar.




Por: Luis Eloy Plasencia Torres.

En la edición de marzo del presente año, publicamos -en el periódico Perú Siglo XXI- una nota informativa sobre una serie de irregularidades en el programa social Pensión 65 cuya aplicación es injusta y, en vez de generar alegría, produce tristeza e indignación en muchos pobladores.
Y es que, por negligencia y carencia de sensibilidad social de algunos empleados municipales, se está otorgando la Pensión 65 (125 soles mensuales) a gente que no la merece, dejando de lado a muchas personas humildes que viven al borde de la indigencia.
En el mes de julio del presente año -después del mensaje presidencial- decidimos profundizar nuestro informe sobre este programa social del Estado que es criticado en forma negativa por la mayoría de los pobladores de la región Cajamarca, pero que para este Gobierno es una maravilla.
Para el efecto hemos tomado como muestra la localidad de Tembladera, ubicada en la provincia de Contumazá. Por sus calles hicimos un rápido recorrido y, en menos de una hora, pudimos descubrir el estado de pobreza extrema en la que viven varios ancianos a quienes se les niega la Pensión 65 que es promocionada con bombos y platillos por el gobierno que preside el comandante Ollanta Humala Tasso.
Empezamos nuestra caminata, a las once de la mañana del día 30 de julio, por el arco de la entrada del barrio de Chinguión y, al preguntar por los ancianos pobres que se les niega la Pensión 65, un poblador nos recomendó visitar a la señora Rosa Mori Pretel quien vive sola y domicilia en la avenida Cajamarca Nro. 1151.
Tocamos la puerta –que estaba abierta, pero con reja- y ella, a paso cansino y con la pobreza posesionada en su rostro ajado por el tiempo, nos hace pasar a la casa que es de propiedad de su hermana a quien le ayuda en la venta de gaseosas, empolvadas por la falta de clientes.
-Pasen- nos dijo con amabilidad- ¿en qué puedo servirles?
-Somos reporteros del periódico “Perú Siglo XXI” y queremos saber si usted es  beneficiada con la Pensión 65- le respondí.
“Tengo 68 años de edad y desde que se inició el programa Pensión 65 fui a la municipalidad de Tembladera donde me pidieron mi DNI para inscribirme. Han pasado 3 años y no me sale dicha pensión, sin embargo hay gente que tiene casa y terrenos y están recibiendo ese beneficio. Eso es injusto”, nos dijo doña Rosa con lágrimas que quieren salir de sus ojos tristes y ella las contiene.
¿Y qué le responden en la municipalidad cuando usted pregunta por su pensión?
La encargada que es la señora Carola Tapia Infantes me dice “no sale todavía, no es problema mío, tal vez sea para la próxima. Están evaluando su caso en Lima”.
¿Usted vive sola? ¿A qué se dedica?
Vivo sola y no tengo ayuda de nadie. Yo lavo ropa ajena y vendo gaseosas en este pequeño negocio que es de mi hermana. Además hago mandados a los vecinos quienes me dan mi propina para poder sobrevivir.
¿Cómo está su salud?
Estoy mal. Me han detectado diabetes, colesterol, triglicéridos osteoporosis y otras enfermedades, pero no tengo dinero para hacerme el tratamiento médico correspondiente.
¿Algún llamado a las autoridades?
Felicito al Gobierno por haber creado el programa Pensión 65, pero este beneficio se le debe otorgar a la gente que realmente lo necesita. La promotora de la municipalidad nunca ha venido a mi domicilio para verificar el estado de pobreza en el que me hallo, a pesar de que en reiteradas veces la he invitado, contestó nuestra entrevistada.
Nos despedimos de doña Rosita y la dejamos luchando con sus miedos a que sus enfermedades la postren en cama y ya no pueda hacer mandados para poder subsistir.
En el jirón Prolongación Tarapacá Nro.344 del mismo barrio vive sola, en casa alquilada, doña Teresa Chicchón Castañeda. Tiene 70 años y, con el agudo dolor que le causa la artritis, tiene que lavar ropa para poder alimentarse. Presentó su DNI a la oficina de programas sociales de la Municipalidad Distrital de Yonán-Tembladera, hace más de dos años, para ser beneficiada con la Pensión 65.Como recordarán nuestros lectores, a ella la entrevistamos, el mes de marzo, sobre el mismo tema.
Buenos días señora Teresa, ¿aprobaron su pensión?
“Nada. Todos los días voy a preguntar por el resultado de mi pensión y me dicen que están evaluando mi caso en Lima”, manifestó muy desconsolada la anciana que vive en extrema pobreza, a quien hallamos preparando una sopita -en su cocina que funciona con leña. Nos cuenta que ni siquiera tiene para pagar el servicio de luz eléctrica, por eso es que se alumbra con vela.
¿Hasta cuándo tendrá que esperar esa pobre anciana para que el Estado le otorgue un sencillo con el que pueda aliviar el dolor causado por el abandono y la miseria en la que se encuentra postrada?
Doña Teresa es muy conocida en el barrio y la gente se apena de la situación de pobreza  y abandono en la que se encuentra, por eso algunos de una u otra manera la ayudan a aliviar la pesada carga que le oprime la vida. Le tomamos unas fotos y le pedimos que nos indique donde vive otra persona muy pobre que no es beneficiada con la Pensión 65.   
Nos recomienda visitar a la señora Mary Alicia Uriol Díaz, de 75 años de edad, quien vive con su hermana Flor de María, de 73 años. Ocupan la casa que heredaron de sus padres, ubicada en la calle Miraflores Nro. 454. Doña Mary es discapacitada, está enferma. Ambas son muy pobres y viven, tormentosamente, de la caridad de los vecinos.
Nos contó doña Mary que ella también acudió a la Municipalidad Distrital de Yonán y presentó copia de su DNI desde que se inició el programa, pero no hay cuándo le den su pensión.
“Constantemente voy a la municipalidad donde la encargada, doña Carola, siempre me contesta lo mismo: todavía no hay nada. He hablado, incluso, con el alcalde Franklin Durán y dice que van a ver”, se quejó muy desconsolada la señorita Uriol quien, pese a sus 75 años, no se ha casado y ante la carencia de hijos que la asistan tiene que hacer mandados para poder comer.
Continuamos nuestro camino y  vamos en busca de las hermanas Mostacero Amaya, quienes viven en la calle Junín Nro.138. Caminamos bajo un ardiente sol que, a esa hora, calcina las calles casi solitarias.
En la intersección de las calles Junín y Buenos Aires venden raspadilla donde un grupito de gente disfruta de ese rico refresco hecho de hielo y jarabes. Al frente están la fiscalía y la municipalidad. Y a escasos metros de distancia, de esas instituciones del Estado, ubicamos la humilde casa donde viven las hermanas Mostacero.
Entrevistamos, a tres de ellas.
Hablamos, primero, con la señora Manuela Teresa Mostacero Amaya quien vive en esa  casa que es propiedad  de su hermana mayor, doña Carmen. Con sus 72 años a cuestas tiene que seguir vendiendo comida, en las inmediaciones del mercado de la ciudad, para poder llevar un  pan a la boca.
“Yo también presente mi DNI para que me den la Pensión 65, pero cuando fui a preguntar por ese beneficio en la municipalidad me dijeron que nos habían censado y estábamos consideradas en el cuarto nivel, esto quiere decir que no se nos considera como pobres por el solo hecho de que en la casa de mi hermana encontraron un televisor viejo”, se quejó la humilde anciana.
Y refirió que un día cuando iba a la municipalidad a preguntar por la pensión, se encontró con una señora quien le recomendó que se inscriba en el Partido Aprista Peruano (APRA) para que salga rápido su Pensión 65. “Yo no le hice caso, porque tengo entendido que la plata que se está dando a los pobres  no es del APRA sino del Estado”, manifestó muy indignada doña Manuela.      
Por su parte doña Carmen Margarita Mostacero Amaya -la hermana mayor, de 78 años de edad- nos dijo que la empadronaron mal, pues  quienes hicieron esa labor se limitaron a mirar la sala de su casa que tiene piso antiguo -de cemento, con huecos .Vieron, además, un televisor antiguo que le regalaron malogrado y ella lo mandó a reparar para poder distraerse y olvidar las penas que le causa la extrema pobreza en la que vive junto a sus hermanas.
“No quisieron ver mi cocina ni mi dormitorio que tienen piso de tierra y donde nos falta todo”, reveló doña Carmen y aseguró que cuando fue a preguntar por la pensión le contestaron “para usted no va a salir porque tiene televisor”.
Ante esa respuesta tan absurda -doña Carmen- un día llena de desesperación y con algo de esperanza fue hablar con el alcalde Franklin Durán Terrones quien, después de hacerla esperar más de dos horas, la atendió en su oficina.
-Señor alcalde apóyenos para que nos empadronen en la Pensión 65, usted sabe que somos muy pobres, que le den aunque sea a mi hermana Tula que está con derrame cerebral- le rogó, pero don Franklin muy fríamente se limitó a decirle: “Es que ustedes tienen mala suerte, todavía no lo aprueban en Lima”.
Sin embargo, según los lineamientos de la Pensión65, el  promotor -en este caso doña Carola Tapia- tiene el deber de salir a empadronar y constatar el grado de pobreza en la que viven quienes, debido a datos erróneos del censo, no califican para obtener la referida pensión. Luego debe emitir un informe a la jefatura del referido programa social con el fin de que sean evaluados.
“Lamentablemente doña Carola no quiere empadronarnos, a pesar de que su oficina está muy cerca de mi casa”, denunció doña Carmen con un tono doliente matizado de cólera.
Y, en efecto, no es la mala suerte -como dice el alcalde Durán- la que impide que doña Carmen y sus cuatro hermanas y mucha gente pobre sean beneficiadas con la Pensión 65. Es la desidia y la falta de sensibilidad social de algunas autoridades y funcionarios municipales que, por intereses particulares y políticos, están empadronando a personas que no necesitan de esa pensión para poder vivir -porque tienen dinero y propiedades-, dejando de lado a viejitos muy pobres que sufren una muerte lenta por la falta de recursos económicos.
Uno de esos casos, por ejemplo, es el de la señora Tula Mostacero Amaya quien tiene 65 años de edad y vive en la casa de su hermana Carmen. El año pasado sufrió derrame cerebral, enfermedad que la impide continuar vendiendo papa rellena con su fuentecita, de casa en casa, para poder ganarse el pan de cada día. Hace ya casi un año que camina por las calles, apoyada por un bastón,   pidiendo propinas para poder sobrevivir.
Ella también -según el alcalde del distrito Yonán- tiene “mala suerte” y entre lágrimas pide ser favorecida con la Pensión 65.
No cabe duda que en Tembladera –y en otros lugares de la región Cajamarca- , por intereses políticos y particulares, están negando la Pensión 65 a los pobres para dársela a quienes no les corresponde.
Haga algo, señor Presidente Humala, con el fin de que los programas sociales del Estado favorezcan a los pobres y no a gente pícara.

EL DATO
Para muestra un botón: Don Santos Domingo Alvarado Rodríguez, con DNI19228666,  es propietario de tierras de cultivo ubicadas en el caserío de Tolón, sin embargo figura en el padrón de los beneficiarios de la Pensión 65.    
 
                                                   




 

 





domingo, 2 de agosto de 2015

Cementos Pacasmayo se niega a financiar libro de poeta discapacitado




Con una pensión miserable de 520 soles que percibe del Estado, el poeta Idelso tiene que atender las urgentes necesidades y medicamentos de él y de su hermana. Pero con su fe en Dios sigue dando batalla para realizar su sueño de publicar  sus obras con el apoyo de alguna institución pública o privada.

Por: Luis Eloy Plasencia Torres. 

Siempre estuvo y está ligado al arte ¿Qué tembladerino no recuerda a Idelso? Aquel muchacho inquieto que hacía de sacristán, estudiaba, recitaba poemas y actuaba en obras teatrales. El profesor que entregó 20 años de su vida a enseñar los valores morales del cristianismo en diferentes instituciones educativas  de la provincia de Contumazá.

Actualmente se encuentra postrado en una silla de ruedas debido a que la maldita diabetes le ha arrancado una pierna, pero eso no le impide soñar ni expresar sus sentimientos en forma artística, de allí que está empeñado en publicar su primer poemario intitulado “Voces desde lejos”, pero la empresa Cementos Pacasmayo se niega a financiar dicha obra cuando debería fomentar la cultura en ese pueblo de donde extrae la materia prima con el que elabora su producto desde hace más de 50 años.

Para conocer más de la vida y de la producción literaria de Idelso, hacemos llegar, a nuestros lectores, esta entrevista:


Mi estimado amigo, ¿cuál es su nombre completo?
Me llamo Idelso Arquímedes Mostacero Plasencia.
¿Usted es natural deTembladera?
No. Nací en el caserío de Canuzán que pertenece al distrito de Chilete, pero estoy viviendo en esta hermosa tierra desde la edad de 4 años y, por lo tanto, me siento tembladerino.
¿Quiénes son sus padres?
 Mi padre es el señor Armando Mostacero y mi madre doña Dalila Plasencia, ambos ya fallecidos, de origen contumacino.
¿Dónde realizó sus estudios?
Estudié la primaria y la secundaria en Tembladera y mis estudios superiores los llevé a cabo en el Instituto Superior Privado “Virgen de la Puerta” en la ciudad de Trujillo donde me gradué de profesor de  educación física. Además estudié en la Oficina Departamental de Educación Católica –ODEC- y obtuve el título de profesor de religión.
¿En qué instituciones educativas ha laborado como docente?
Trabajé como profesor de religión en las instituciones educativas: “Daniel Alcides Carrión” del caserío de Paypay, en la Escuela 109 de Tembladera, “Javier Heraud” de Quindén y en El Platanar.
Son 20 años de mi vida que los he dedicado a labor educativa.
Entonces debe recibir una pensión del Estado.
Percibo una pensión irrisoria de 520 soles mensuales con la que me es difícil sobrevivir más aún cuando la tengo que compartir en la alimentación y la compra de medicamentos para mi persona y mi hermana Fredesbinda quien padece la enfermedad de párkinson
¿Desde cuándo está postrado en silla de ruedas?
Desde el año 2013 en que se amputó una pierna a consecuencia de la diabetes, enfermedad que me diagnosticaron en el año 2015.
¿Tiene algún proyecto importante que desea ejecutar?
Efectivamente, deseo publicar dos libros de poemas. El primero lo he titulado “Voces desde lejos” y el segundo “Andanzas”. Ambos son una recopilación de los poemas que escribo cuando me toca la inspiración. La mayoría de ellos son románticos, pero también escribo versos de protesta contra la injusticia social. Estas obras están terminadas y solamente me falta dinero para publicarlas.
¿Cuál es el costo de la publicación?
Primero quiero publicar “Voces desde lejos” cuyo costo, aproximado, es de 3 mil soles. He presentado una solicitud a la empresa Cementos Pacasmayo para que me financie la edición, en setiembre del año pasado, pero hasta el momento no me responde. Parece que a esa empresa no le interesa la difusión de la cultura.
¿Por qué no pide ayuda a la Municipalidad Distrital de Yonán que también tiene el deber de fomentar la cultura?
Sucede que el año pasado fui la oficina del alcalde Franklin Durán Terrones para solicitarle la donación de una silla de ruedas porque la que tengo está malograda. Después de hacerme esperar largo rato, me dijo: “Mañana te envío la silla a tu casa”. Ha pasado casi un año desde ese ofrecimiento y no ha cumplido su promesa. Esa actitud del alcalde me desanima a solicitar apoyo en la municipalidad para publicar mi libro.
¿Cómo anda su relación con Dios?
De maravilla. Él es mi guía y protector. Creo que quien se agarra de las manos de Dios él no lo suelta.
Le cuento que recibo la visita de amigos. Hace pocos vinieron mis exalumnos de Ventanillas y me trajeron alimentos y alegría. Esa es la presencia de Dios que no se olvida de sus hijos.
¿Su hermana que padece de párkinson recibe alguna pensión del Estado?
No. Ha solicitado la pensión Juntos, pero en la municipalidad no la quieren inscribir porque dicen “que vive mi casa y  yo soy asegurado”.
¿Algo más que desee agregar, profesor?
Bueno, agradecerle por su visita e invocar a las autoridades y a los empresarios fomentar la difusión de la cultura, porque un pueblo culto está más cerca al progreso y al desarrollo.